La mujer que se enamoró del pintor



En los lugares donde estás hablando
con la mirada casi en llamas
llegarás, desvelo, por lo que estoy mirando
inevitablemente se irá la calma.


Perdona si ese día distraído 
pregunté quién eras nuevamente
sabía que pintabas y mi descuido 
fue manera de buscarte inconsciente.


Y aunque el otoño tenga mil canciones 
sabrás esta noche que le debes una
cuando entre copas mi nombre menciones
otra vez tendrás mil dudas.


Así con el mar tranquilo
prendes velas de mentira
rendida ante el destino
ya ni sabes a quién miras.


Tendrás esta letra en tus manos
me verás frágilmente desvelado
cruzaras la calle pensando, 
soñando en que te has quedado.


Cuando otra vez me menciones
inevitablemente se irá la calma
yo estaré haciendo canciones
y tú con velas pensando en nada. 


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