Balada para los inocentes
Te vi y te busqué,
pusimos postre,
prometiste prominente
y en la plaza de la virgen
allá, en el medio del continente
amaste,
a tu estilo ardiente.
Eso es poco.
Volviste y algún inocente
le dió la mano
a tu negación ferviente.
Paso algún tiempo,
y de nuevo mentiste
¡que sed la tuya!
Lloraste y conseguiste
un perdón muy valiente.
¡Qué es el amor
si no es valentía!
Eso es poco.
Exclamo sorprendido, en esos días
de tu ausencia prolongada,
vaya a saber en tu morada
cuántos secretos hirientes
guardaste en la cama
dónde me amaste apasionadamente.
¡Qué es el amor
si no es confianza!
Por supuesto que defectos,
todos tienen por doquier
¿Será en los malos tiempos
donde el amor tiene que florecer?
También hubo poco.
Dado que la culpa fue ajena
al menos así lo entendiste
dudaste ante los problemas
y una mañana te fuiste.
Que te amaron precozmente
que la magia no era la misma
cuántas razones tenías
y el amor ¿dónde permanecía?
No se sabe si fue poco,
quizás al mismo tiempo,
es mucho.
Es que por esos caminos
donde alguna vez te pensaron
cuántos momentos perdidos
en dónde deberías haber estado.
Aunque a veces con orgullo
pienso en el espejo
si amor andas presumiendo
debería agradecer
que al mio hayas matado.
¡Qué es el amor
si no es gratitud!
Canto en esta balada,
para todos los inocentes.
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