Del otro lado

 


En la otra orilla
no importa si es marea o es crecida.
Estás, no se sabe la razón
son un millón de fantasías encendidas.

Quizás una señal.
Solo se ve tu tiempo
un vaivén de raro caminar.
Siempre en el mismo lugar.

Alguien te puso para soñar
pero también con algunos sueños inventados.
De verdad eres feliz con el mar al lado,
sin poderlo tocar. Es pregunta.

Arena te toca los pies,
injusta la nube que quita al sol,
es la orilla donde anhelas estar. 
Lo es también.

Porque justo donde cae el horizonte,
en la otra,
alma gemela atrapada 
te ha de esperar.



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