Suspiro

 Suspiro como suspiran las hojas cuando se las lleva el viento,

tan libres al vuelo como mi aliento cada vez que pienso,

cuando abrazaba la almohada y creía era la espalda de alguien

y amanecía, imaginaba entre algarabías ser presumido,

me acuerdo de ese momento cuando con ironía pensaba,

¿será la vida un regalo que alguien puso en mi camino? 

¿Será el destino un robo que le hacemos al tiempo cuando al final del cuento, el cuento está escrito?

No imagino haber pasado por tanto sin más haber aprendido,

porque tanto, tanto camino, me enseñó lo que es verdadero.

Saqué arrugas,

y mi piel lenta como una oruga avanza despacito,

buscando en cada suspiro, ese de las hojas que contaba, 

una mirada trayendo un pedacito de calma.

Ya no tengo frio en las noches,

es que he mojado tanto mi cuaderno 

que a veces me lamento de no haber sufrido antes, 

tengo por delante tanta esperanza, 

que si lo pienso con calma,

sonrío tranquilamente.

Busco con firmeza abrazar la pobreza con la que fui querido,

porque si algo aprendí en la vida,

es que quien te quiere no te lastima,

nos lastimamos nosotros mismos

cuando idealizamos con capricho,

y como encender el fuego, como hacer un nido 

como aplaudir, como saltar,

así tan simple ha de estar lo verdadero,

eso que llega en el momento indicado,

dándonos la mano para decirnos:

tranquilo.

Aunque no tenga respuestas tengo cada pregunta y,

si hay algo que me apura ahora,

es solo vivir lento,

porque como dije, si lo pienso,

cada suspiro es del viento.

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